___EL HOMBRE MARAVILLOSO DEL SÁBADO NOCHE___

El tema de siempre: los tíos. Se sabe que es algo que no va a cambiar, que no vamos a cambiar, mejor dicho. Y las chicas nos emparanoiamos de una manera traumática, desde mi punto de vista y desde el conocimiento por haberlo sufrido en carne propia. Y solamente te das cuenta cuando ves el problema desde fuera, como cualquier otro. Un ejemplo:

Imaginemos por un momento. Sales un sábado noche y conoces a un chico. Normalmente es un chico atractivo o por lo menos algo parecido (porque el estado de embriadez traiciona), que además es muy simpático y agradable, a parte de cortés y caballero, que por supuesto te invita a tomar cinco copas si es necesario para llevarte a la cama, aunque no sea ese día él sabrá que llegará el momento. Os conocéis esa noche y os lo pasáis genial, con lo cual cuando llega la hora de irse a dormir la mona, uno de los dos tiene que preguntar por el teléfono del otro, para salir otro día o mantener el contacto.
Durante los días siguientes no paras de recibir mensajes al móvil, toques y llamadas, porque es que al chico “le interesas”, sin duda alguna. Te pregunta que tal estás, por tu vida (todo le interesa), siempre está esperando que estés bien y te tiene en palmitas. ¡Qué maravilloso es todo! ¡Vuelas en una nube!

Por supuesto después de tener un poquitito de confianza, él te dice: podíamos quedar para conocernos más. Y tú piensas que después de tratarte así cómo vas a rechazarlo… ¡qué crimen! Así te dispones a quedar una tarde cualquiera con el fin de pasar un buen rato, sin saber, o sin querer saber que su fin es otro.

Llega la deseada tarde, tomáis algo y por supuesto el te invita como todo un caballero. Habláis y habláis y se pasa la tarde volando. Cuando llega el final, el te invita a su casa. A ver una película, a tomar un café a lo que haga falta, porque además él luego, muy amablemente, te va a llevar a casa.

Así que ya estás dentro de su casa. Por supuesto tomáis algo, entre risas. Sois almas gemelas. Y piensas, cómo no lo habré conocido antes…? Parece hecho para mí. El resultado final es que terminas en la cama con él. Una noche maravillosa, llena de sexo, pero no faltaron las caricias, los besos, los abrazos… y tú te sientes como una reina allí en su cama. Es más, no has tenido una noche como esa…
No te habían tratado tan bien desde hacía mucho.

A la mañana siguiente, como él te había dicho, aunque sin exactitud, te lleva a tu casa. Y te da un beso de despedida como si llevases con él la vida y media.
Pero sucede, que a partir de ese momento, los toques y los mensajes van desapareciendo paulatinamente, sin razón aparente…
Y es ahí cuando empieza la rallada constante, fuera de lugar porque realmente la cosa está bien clara y el problema es evidente, pero aún así tienes que pensarlo y pensarlo e incluso rallar a tu amiga hasta hartar, para encontrar el significado de ese desplante del maravilloso caballero del sábado noche.

Y la conversación es esta:
-Tía, es que no me ha vuelto a llamar. ¿se habrá enfadado conmigo por algo? Igual tiene novia y no me lo ha dicho, porque de eso no hablamos…
El otro día hablé con él y me dijo que es que estaba reventado. Pobrecito, es que yo estoy muy encima…
Pero te conté lo de aquella noche, es que fue especial… me dio unos besos…
Pasé una noche increíble…
No me ha vuelto a dar toques. Y el otro día le he dicho que si quedábamos y no podía. Es que últimamente no puede quedar…
Tú crees que se habrá liado con otra? No creo, porque después de esa noche… me dijo que no había estado con ninguna chica como yo…
Y si se a olvidado de mí?
Tú qué crees?


Y tu amiga que lo ve todo desde fuera te dice lo que realmente hay y te ayuda en todo lo que puede para que no sufras. Pero tú desde dentro no piensas lo mismo y sigues con la cantinela.

Hasta que por fin, la vida se cansa de joderte la vida y un día que sales de fiesta ves al caballero maravilloso de ESE sábado noche con otra tía. Si, esa es la solución. Ver al tio de marras en tu puta cara, en su salsa, con otra tía.
Y ahí es donde ves la vida de otra manera y le borras de tu vida. Y, como después de todo lo que has pasado, estás jodida, haces lo mismo que ellos para olvidar.
Y es ese mismo momento en el que te conviertes en una “puta” por liarte con el que te sale de los huevos y hacer tu vida como te da la gana.

Y desde aquí le pregunto a todos los tíos que hacen eso, para que se respondan a sí mismos:

¿Os gustaría que os hiciesen a vosotros lo mismo, ser utilizados de la misma manera?

Yo pienso que no.

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