Eso que te quiero contar y no se cómo hacerlo.
Ese querer y no puedo.
Quiero decírtelo pero no me atrevo.
Tenerte y no atreverme…
Sentirte cerca a miles de kilómetros.
Deseo volátil de un cuerpo al abandono…
Mente calenturienta cosida a un alma gélida.
Mirada transparente, labios sellados.
Palabras morbosas en oído incandescente.
Mentiras piadosas de persona sincera…
Silencio sepulcral ante sudor frío.
Gritos ahogados ante una puerta que se cierra,
miedo aferrado ante la puerta que se abre.
Folio en blanco, mi corazón cerrado.
Letra color de sangre, la que me brota envenenada al pensarte.
Bofetadas de mi almohada, al soñarte.
Sábanas que me secuestran, al no encontrarte.
Luz del alba que pesa en mí, al saber que otro día más no estás aquí.
Aún así, soy libre como el viento, y eso es lo que quiero seguir siendo, contigo o sin ti, hasta el último momento.
___________________________***klara***
lunes, 23 de junio de 2008
domingo, 22 de junio de 2008
___UN SEGUNDO___
Cada segundo de la vida, es, para mí, especial. . .
Ese segundo en el que te encuentro, o en el que desapareces. . .
El segundo en el que te siento. . .
Ese primer segundo de la vida, en el que respiras por primera vez, o en el que abres los ojos para ver el mundo que te rodea. . .
O el segundo en el que tenemos nuestro último suspiro.
Y las personas, suelen contar su vida con los años, y hacen un resumen demasiado corto.
Y no se dan cuenta de que en un año, hay millones de segundos especiales. . .
Como por ejemplo en el que en un segundo una neurona de tu cerebro te dice que me beses. . . ese segundo es mágico, agradable y satisfactorio.
Y cuando esos segundos siguen y se convierten en una hora, al terminar piensas. . . ha sido un hora de nada.
Yo pienso que eso es no saber disfrutar de las cosas. . .
Vivir deprisa y sin sentido.
Mi vida la quiero vivir despacio y disfrutando, que vale más disfrutar poco y bien, que mucho y mal. . .
Porque es ahí cuando miras atrás y te das cuenta que no has vivido nada interesante y te gustaría ir atrás en el tiempo.
Y escribo esto, porque he vuelto a verte. . .
Después de muchísimos segundos. . . esos segundos que he pasado pensando en ti. . . aunque no lo creas.
Y has vuelto y me has regalado segundos. . . y los he disfrutado como si para algunos fuesen horas.
Y si has leído con atención, te habrás fijado en que he escrito me has regalado segundos.
Eso es un buen regalo, eso es lo que quiero de ti. Los regalos que me llenan son esos, y no los materiales.
Regalarle segundos a alguien es lo más bonito que se puede hacer. Y más,
cuando esa persona lo agradece haciéndotelo saber con una sonrisa o simplemente con su compañía.
Quiero regalar segundos a las personas que más quiero.
Porque cada segundo, para mí, es especial. . .
__________________________***klara***
Ese segundo en el que te encuentro, o en el que desapareces. . .
El segundo en el que te siento. . .
Ese primer segundo de la vida, en el que respiras por primera vez, o en el que abres los ojos para ver el mundo que te rodea. . .
O el segundo en el que tenemos nuestro último suspiro.
Y las personas, suelen contar su vida con los años, y hacen un resumen demasiado corto.
Y no se dan cuenta de que en un año, hay millones de segundos especiales. . .
Como por ejemplo en el que en un segundo una neurona de tu cerebro te dice que me beses. . . ese segundo es mágico, agradable y satisfactorio.
Y cuando esos segundos siguen y se convierten en una hora, al terminar piensas. . . ha sido un hora de nada.
Yo pienso que eso es no saber disfrutar de las cosas. . .
Vivir deprisa y sin sentido.
Mi vida la quiero vivir despacio y disfrutando, que vale más disfrutar poco y bien, que mucho y mal. . .
Porque es ahí cuando miras atrás y te das cuenta que no has vivido nada interesante y te gustaría ir atrás en el tiempo.
Y escribo esto, porque he vuelto a verte. . .
Después de muchísimos segundos. . . esos segundos que he pasado pensando en ti. . . aunque no lo creas.
Y has vuelto y me has regalado segundos. . . y los he disfrutado como si para algunos fuesen horas.
Y si has leído con atención, te habrás fijado en que he escrito me has regalado segundos.
Eso es un buen regalo, eso es lo que quiero de ti. Los regalos que me llenan son esos, y no los materiales.
Regalarle segundos a alguien es lo más bonito que se puede hacer. Y más,
cuando esa persona lo agradece haciéndotelo saber con una sonrisa o simplemente con su compañía.
Quiero regalar segundos a las personas que más quiero.
Porque cada segundo, para mí, es especial. . .
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¿QUIEN SOY?
¿Qué persona soy? Creo que a todas las personas les llega un momento en su vida, en el que su mente hace esta pregunta automáticamente.
Y el mío ha llegado…
Soy una persona que he terminado deambulando por los sentimientos antojados de ciertas personas. De un corazón a otro. Pero sin el mío.
Una persona que ha sabido callar, más que hablar. A observar y mantenerme distante.
Porque me he convertido en una persona fría, independiente y reservada. Mis sentimientos, aunque parezca que no, están muy dentro.
Una vez regalé la única llave que tenía, para poder acceder a mi corazón. ¿Mal regalada? No. Lo sentí de verdad. Una llave, un candado… ¡qué tontería! Pero era mi corazón.
Sí. Esto es para ti. Otra vez. En ese momento en el que sentiste esa llave fría, esa tontería de niña de quince años, sentiste mi corazón, lo puse en tus manos. Y tú lo utilizaste a tu antojo. Te di ese capricho. Lo tiraste. Pero yo te di ese derecho.
Y tú, elegiste ese final.
Y de ahí viene mi propio juicio sobre mi personalidad. El cuerpo después de la muerte, sin alma, se queda frío. Ese fue el resultado de tirar mi corazón. Y como tú bien dices, sólo hay una oportunidad. Yo sólo tengo un corazón. Y lo di por completo.
Llevo el odio tatuado dentro de mí. Odio por haberte conocido. Que el destino te pusiese en mi camino. Odio por haber sido el único que entrase en mi corazón. Y dicen que el primer amor nunca se olvida, yo no te olvido. Yo te tengo presente a cada momento. Y a cada paso que doy en mi vida, indirectamente pregunto al aire por ti, “esperando” que el viento te lleve mis palabras y con la misma sutileza me devuelva tu respuesta, como agua de mayo.
Odio por amarte o por odiarte. Creo que es de las pocas cosas que no tengo claras en mi vida. Y tengo la sensación de que mi último pensamiento de cada día, eres tú. Por lo tanto el primero con el que me levanto. Y además muchas veces mi subconsciente me traiciona, y termino soñando contigo. Y estoy harta de negarlo. Negármelo a mí misma. Que te quiero. Que a mis quince años perdí. Jugué sin trampas. Sin ningún as en la manga. Esa fue la diferencia entre tú y yo. Tu experiencia en esos casos. Y el hecho de que no me enseñaras lo que tú sabías.
Odio por perder. Odio porque no me creas. Y te lo juraré siempre. Que te quiero. Que algo me desgarra por dentro cuando pienso en ti. Nadie alcanzará a sentir por ti, lo que yo siento. Ese es mi ODIO.
Los sueños, ilusiones. Mis sentimientos, espejismos que nadie sabrá si son reales o no. Porque después de todo, aprendí a mentir. Y eso es lo que me mantiene a flote. Si, a flote.
Que me lío con quién. Que hago qué. Que hablan de mí. Quién. Cuándo. Cómo. Qué me cuentas. No sé nada.
Y vivo, llevando mi cruz. Esa cruz que es el deseo. El deseo de tenerte. Como tú me tienes a mí. El deseo de que me desees. El deseo de que sueñes conmigo.
Soy esa persona que no dejará huella cuando muera. Y que no quiero dejarla.
Y me reencarnaré en el mismo odio. Eso es lo que me dejó esta vida.
Por lo demás, vivo el momento. Sólo quisiera escapar. Pero no puedo. Porque de lo que quiero escapar no hay lugar libre. Es más, tú me seguirías en mi mente a cualquier lugar del mundo.
Escapar de mi mente, de mi alma…
Sigo en las mismas… ¿Qué soy? ¿Quién soy?
___________________________***klara***
Y el mío ha llegado…
Soy una persona que he terminado deambulando por los sentimientos antojados de ciertas personas. De un corazón a otro. Pero sin el mío.
Una persona que ha sabido callar, más que hablar. A observar y mantenerme distante.
Porque me he convertido en una persona fría, independiente y reservada. Mis sentimientos, aunque parezca que no, están muy dentro.
Una vez regalé la única llave que tenía, para poder acceder a mi corazón. ¿Mal regalada? No. Lo sentí de verdad. Una llave, un candado… ¡qué tontería! Pero era mi corazón.
Sí. Esto es para ti. Otra vez. En ese momento en el que sentiste esa llave fría, esa tontería de niña de quince años, sentiste mi corazón, lo puse en tus manos. Y tú lo utilizaste a tu antojo. Te di ese capricho. Lo tiraste. Pero yo te di ese derecho.
Y tú, elegiste ese final.
Y de ahí viene mi propio juicio sobre mi personalidad. El cuerpo después de la muerte, sin alma, se queda frío. Ese fue el resultado de tirar mi corazón. Y como tú bien dices, sólo hay una oportunidad. Yo sólo tengo un corazón. Y lo di por completo.
Llevo el odio tatuado dentro de mí. Odio por haberte conocido. Que el destino te pusiese en mi camino. Odio por haber sido el único que entrase en mi corazón. Y dicen que el primer amor nunca se olvida, yo no te olvido. Yo te tengo presente a cada momento. Y a cada paso que doy en mi vida, indirectamente pregunto al aire por ti, “esperando” que el viento te lleve mis palabras y con la misma sutileza me devuelva tu respuesta, como agua de mayo.
Odio por amarte o por odiarte. Creo que es de las pocas cosas que no tengo claras en mi vida. Y tengo la sensación de que mi último pensamiento de cada día, eres tú. Por lo tanto el primero con el que me levanto. Y además muchas veces mi subconsciente me traiciona, y termino soñando contigo. Y estoy harta de negarlo. Negármelo a mí misma. Que te quiero. Que a mis quince años perdí. Jugué sin trampas. Sin ningún as en la manga. Esa fue la diferencia entre tú y yo. Tu experiencia en esos casos. Y el hecho de que no me enseñaras lo que tú sabías.
Odio por perder. Odio porque no me creas. Y te lo juraré siempre. Que te quiero. Que algo me desgarra por dentro cuando pienso en ti. Nadie alcanzará a sentir por ti, lo que yo siento. Ese es mi ODIO.
Los sueños, ilusiones. Mis sentimientos, espejismos que nadie sabrá si son reales o no. Porque después de todo, aprendí a mentir. Y eso es lo que me mantiene a flote. Si, a flote.
Que me lío con quién. Que hago qué. Que hablan de mí. Quién. Cuándo. Cómo. Qué me cuentas. No sé nada.
Y vivo, llevando mi cruz. Esa cruz que es el deseo. El deseo de tenerte. Como tú me tienes a mí. El deseo de que me desees. El deseo de que sueñes conmigo.
Soy esa persona que no dejará huella cuando muera. Y que no quiero dejarla.
Y me reencarnaré en el mismo odio. Eso es lo que me dejó esta vida.
Por lo demás, vivo el momento. Sólo quisiera escapar. Pero no puedo. Porque de lo que quiero escapar no hay lugar libre. Es más, tú me seguirías en mi mente a cualquier lugar del mundo.
Escapar de mi mente, de mi alma…
Sigo en las mismas… ¿Qué soy? ¿Quién soy?
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domingo, 15 de junio de 2008
IBAS PARA MODELO Y TE QUEDASTE EN SUPERMEGAGUAY DE LA VIDA
Tengo un rato de tranquilidad, tumbada en el sofá, cansada de tanto curro estos días. Y pensando y reflexionando, me llega a la mente el tema de las comparaciones.
Desde siempre nos hemos comparado con las personas que teníamos al lado, o si no lo hemos hecho, nos han comparado otros…
Que si este es mejor que tú, que si ella estudia más, que porqué no tomas ejemplo de… Y cosas así.
Yo el otro día conocí a una chica por la mañana en el trabajo. Era más mayor que yo. Rubia, delgada y me supongo que guapa, no lo se… El caso es que a mí no me dio confianza desde el primer momento en que la vi… No sé porque…
Cuanto más la oía hablar más pena me daba la verdad.
Y por la tarde yo sentí que me quería más a mi misma. No tendré un cuerpo espectacular ni seré guapa, pero puedo asegurar que lo que tengo en mi cabeza no lo cambio por nada del mundo.
Y lo que me pasó a mí, también le pasó a algunas chicas más. Más simpáticas que ella y creo que mucho más guapas y agradables, que también al caer la tarde sentían que se querían un poco más.
Y no sé si lo que estoy contando es hacer comparación o no.
Solamente sé, que hay muchas personas y que cada una es un mundo. Y que no porque una persona sea más guapo o más estudioso o más, lo que sea, el resto de las personas no valen para nada.
Quiérete y hazte querer por lo que eres por dentro, no por lo de fuera.
Desde siempre nos hemos comparado con las personas que teníamos al lado, o si no lo hemos hecho, nos han comparado otros…
Que si este es mejor que tú, que si ella estudia más, que porqué no tomas ejemplo de… Y cosas así.
Yo el otro día conocí a una chica por la mañana en el trabajo. Era más mayor que yo. Rubia, delgada y me supongo que guapa, no lo se… El caso es que a mí no me dio confianza desde el primer momento en que la vi… No sé porque…
Cuanto más la oía hablar más pena me daba la verdad.
Y por la tarde yo sentí que me quería más a mi misma. No tendré un cuerpo espectacular ni seré guapa, pero puedo asegurar que lo que tengo en mi cabeza no lo cambio por nada del mundo.
Y lo que me pasó a mí, también le pasó a algunas chicas más. Más simpáticas que ella y creo que mucho más guapas y agradables, que también al caer la tarde sentían que se querían un poco más.
Y no sé si lo que estoy contando es hacer comparación o no.
Solamente sé, que hay muchas personas y que cada una es un mundo. Y que no porque una persona sea más guapo o más estudioso o más, lo que sea, el resto de las personas no valen para nada.
Quiérete y hazte querer por lo que eres por dentro, no por lo de fuera.
domingo, 8 de junio de 2008
___EL HOMBRE MARAVILLOSO DEL SÁBADO NOCHE___
El tema de siempre: los tíos. Se sabe que es algo que no va a cambiar, que no vamos a cambiar, mejor dicho. Y las chicas nos emparanoiamos de una manera traumática, desde mi punto de vista y desde el conocimiento por haberlo sufrido en carne propia. Y solamente te das cuenta cuando ves el problema desde fuera, como cualquier otro. Un ejemplo:
Imaginemos por un momento. Sales un sábado noche y conoces a un chico. Normalmente es un chico atractivo o por lo menos algo parecido (porque el estado de embriadez traiciona), que además es muy simpático y agradable, a parte de cortés y caballero, que por supuesto te invita a tomar cinco copas si es necesario para llevarte a la cama, aunque no sea ese día él sabrá que llegará el momento. Os conocéis esa noche y os lo pasáis genial, con lo cual cuando llega la hora de irse a dormir la mona, uno de los dos tiene que preguntar por el teléfono del otro, para salir otro día o mantener el contacto.
Durante los días siguientes no paras de recibir mensajes al móvil, toques y llamadas, porque es que al chico “le interesas”, sin duda alguna. Te pregunta que tal estás, por tu vida (todo le interesa), siempre está esperando que estés bien y te tiene en palmitas. ¡Qué maravilloso es todo! ¡Vuelas en una nube!
Por supuesto después de tener un poquitito de confianza, él te dice: podíamos quedar para conocernos más. Y tú piensas que después de tratarte así cómo vas a rechazarlo… ¡qué crimen! Así te dispones a quedar una tarde cualquiera con el fin de pasar un buen rato, sin saber, o sin querer saber que su fin es otro.
Llega la deseada tarde, tomáis algo y por supuesto el te invita como todo un caballero. Habláis y habláis y se pasa la tarde volando. Cuando llega el final, el te invita a su casa. A ver una película, a tomar un café a lo que haga falta, porque además él luego, muy amablemente, te va a llevar a casa.
Así que ya estás dentro de su casa. Por supuesto tomáis algo, entre risas. Sois almas gemelas. Y piensas, cómo no lo habré conocido antes…? Parece hecho para mí. El resultado final es que terminas en la cama con él. Una noche maravillosa, llena de sexo, pero no faltaron las caricias, los besos, los abrazos… y tú te sientes como una reina allí en su cama. Es más, no has tenido una noche como esa…
No te habían tratado tan bien desde hacía mucho.
A la mañana siguiente, como él te había dicho, aunque sin exactitud, te lleva a tu casa. Y te da un beso de despedida como si llevases con él la vida y media.
Pero sucede, que a partir de ese momento, los toques y los mensajes van desapareciendo paulatinamente, sin razón aparente…
Y es ahí cuando empieza la rallada constante, fuera de lugar porque realmente la cosa está bien clara y el problema es evidente, pero aún así tienes que pensarlo y pensarlo e incluso rallar a tu amiga hasta hartar, para encontrar el significado de ese desplante del maravilloso caballero del sábado noche.
Y la conversación es esta:
-Tía, es que no me ha vuelto a llamar. ¿se habrá enfadado conmigo por algo? Igual tiene novia y no me lo ha dicho, porque de eso no hablamos…
El otro día hablé con él y me dijo que es que estaba reventado. Pobrecito, es que yo estoy muy encima…
Pero te conté lo de aquella noche, es que fue especial… me dio unos besos…
Pasé una noche increíble…
No me ha vuelto a dar toques. Y el otro día le he dicho que si quedábamos y no podía. Es que últimamente no puede quedar…
Tú crees que se habrá liado con otra? No creo, porque después de esa noche… me dijo que no había estado con ninguna chica como yo…
Y si se a olvidado de mí?
Tú qué crees?
Y tu amiga que lo ve todo desde fuera te dice lo que realmente hay y te ayuda en todo lo que puede para que no sufras. Pero tú desde dentro no piensas lo mismo y sigues con la cantinela.
Hasta que por fin, la vida se cansa de joderte la vida y un día que sales de fiesta ves al caballero maravilloso de ESE sábado noche con otra tía. Si, esa es la solución. Ver al tio de marras en tu puta cara, en su salsa, con otra tía.
Y ahí es donde ves la vida de otra manera y le borras de tu vida. Y, como después de todo lo que has pasado, estás jodida, haces lo mismo que ellos para olvidar.
Y es ese mismo momento en el que te conviertes en una “puta” por liarte con el que te sale de los huevos y hacer tu vida como te da la gana.
Y desde aquí le pregunto a todos los tíos que hacen eso, para que se respondan a sí mismos:
¿Os gustaría que os hiciesen a vosotros lo mismo, ser utilizados de la misma manera?
Yo pienso que no.
__________________________***klara***
Imaginemos por un momento. Sales un sábado noche y conoces a un chico. Normalmente es un chico atractivo o por lo menos algo parecido (porque el estado de embriadez traiciona), que además es muy simpático y agradable, a parte de cortés y caballero, que por supuesto te invita a tomar cinco copas si es necesario para llevarte a la cama, aunque no sea ese día él sabrá que llegará el momento. Os conocéis esa noche y os lo pasáis genial, con lo cual cuando llega la hora de irse a dormir la mona, uno de los dos tiene que preguntar por el teléfono del otro, para salir otro día o mantener el contacto.
Durante los días siguientes no paras de recibir mensajes al móvil, toques y llamadas, porque es que al chico “le interesas”, sin duda alguna. Te pregunta que tal estás, por tu vida (todo le interesa), siempre está esperando que estés bien y te tiene en palmitas. ¡Qué maravilloso es todo! ¡Vuelas en una nube!
Por supuesto después de tener un poquitito de confianza, él te dice: podíamos quedar para conocernos más. Y tú piensas que después de tratarte así cómo vas a rechazarlo… ¡qué crimen! Así te dispones a quedar una tarde cualquiera con el fin de pasar un buen rato, sin saber, o sin querer saber que su fin es otro.
Llega la deseada tarde, tomáis algo y por supuesto el te invita como todo un caballero. Habláis y habláis y se pasa la tarde volando. Cuando llega el final, el te invita a su casa. A ver una película, a tomar un café a lo que haga falta, porque además él luego, muy amablemente, te va a llevar a casa.
Así que ya estás dentro de su casa. Por supuesto tomáis algo, entre risas. Sois almas gemelas. Y piensas, cómo no lo habré conocido antes…? Parece hecho para mí. El resultado final es que terminas en la cama con él. Una noche maravillosa, llena de sexo, pero no faltaron las caricias, los besos, los abrazos… y tú te sientes como una reina allí en su cama. Es más, no has tenido una noche como esa…
No te habían tratado tan bien desde hacía mucho.
A la mañana siguiente, como él te había dicho, aunque sin exactitud, te lleva a tu casa. Y te da un beso de despedida como si llevases con él la vida y media.
Pero sucede, que a partir de ese momento, los toques y los mensajes van desapareciendo paulatinamente, sin razón aparente…
Y es ahí cuando empieza la rallada constante, fuera de lugar porque realmente la cosa está bien clara y el problema es evidente, pero aún así tienes que pensarlo y pensarlo e incluso rallar a tu amiga hasta hartar, para encontrar el significado de ese desplante del maravilloso caballero del sábado noche.
Y la conversación es esta:
-Tía, es que no me ha vuelto a llamar. ¿se habrá enfadado conmigo por algo? Igual tiene novia y no me lo ha dicho, porque de eso no hablamos…
El otro día hablé con él y me dijo que es que estaba reventado. Pobrecito, es que yo estoy muy encima…
Pero te conté lo de aquella noche, es que fue especial… me dio unos besos…
Pasé una noche increíble…
No me ha vuelto a dar toques. Y el otro día le he dicho que si quedábamos y no podía. Es que últimamente no puede quedar…
Tú crees que se habrá liado con otra? No creo, porque después de esa noche… me dijo que no había estado con ninguna chica como yo…
Y si se a olvidado de mí?
Tú qué crees?
Y tu amiga que lo ve todo desde fuera te dice lo que realmente hay y te ayuda en todo lo que puede para que no sufras. Pero tú desde dentro no piensas lo mismo y sigues con la cantinela.
Hasta que por fin, la vida se cansa de joderte la vida y un día que sales de fiesta ves al caballero maravilloso de ESE sábado noche con otra tía. Si, esa es la solución. Ver al tio de marras en tu puta cara, en su salsa, con otra tía.
Y ahí es donde ves la vida de otra manera y le borras de tu vida. Y, como después de todo lo que has pasado, estás jodida, haces lo mismo que ellos para olvidar.
Y es ese mismo momento en el que te conviertes en una “puta” por liarte con el que te sale de los huevos y hacer tu vida como te da la gana.
Y desde aquí le pregunto a todos los tíos que hacen eso, para que se respondan a sí mismos:
¿Os gustaría que os hiciesen a vosotros lo mismo, ser utilizados de la misma manera?
Yo pienso que no.
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domingo, 1 de junio de 2008
¿Te parece mal que no te de dos besos al llegar? ¿Te parece mal que si te los de? ¿Te parece mal que me siente? ¿Te parece mal que me levante? ¿Te parece mal que llore? ¿Te parece mal que no lo haga? ¿Te parece mal que te acompañe en el sentimiento? ¿Te parece mal que no te acompañe? ¿Te parece mal que quiera irme a casa? ¿Te parece mal que quiera hacer lo que deseo hacer? ¿Te parece mal que quiera ir a mi puta bola? ¿Te parece mal que no quiera hacer lo que tú quieres? ¿Te parece mal que no te mire? ¿Te parece mal que te mire? ¿Te parece mal que no te escuche? ¿Te parece mal que no quiera mirarte? ¿Te parece mal que no los quiera mirar? ¿Te parece mal que no me importe nada? ¿Te parece mal que algo me importe? ¿Te parece mal lo que siento? ¿Te parece mal lo que dejo de sentir? ¿Te parece mal lo que pienso? ¿Te parece mal que diga lo que realmente pienso?
¿Te parece mal lo que te estoy diciendo?
¿TE PARECE BIEN JUZGARME?
__________________________***klara***
¿Te parece mal lo que te estoy diciendo?
¿TE PARECE BIEN JUZGARME?
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...DESPUÉS DE UN DESCANSO...
Estoy delante del ordenador después de mucho tiempo. Tenía ganas de escribir cosillas, pero últimamente no tenía nada en mi cabeza. Esto se debe a que no me ha pasado nada malo. Lo malo es lo que me hace escribir. Lo que me hace sacar esos sentimientos, esas ganas de escribir y de transmitir lo que siento.
Y ahora estoy bien porque no pienso en nada, porque cada día voy más a mi bola. Me lo paso bien. Y no pienso en nada. Y ya no voy conociendo a la gente y ganándome su confianza, ahora es al revés. Dejo que esas personas se ganen mi confianza. Yo no necesito nada.
Los tíos, han dejado de importarme. Sólo los necesito para un rato y follar. Y lo digo bien claro. Soy una tía y me gusta follar… ¿algún problema? ¿Algún problema por ser mujer? ¿Por mis gustos? ¿Por mi falta de tacto? Eso es lo que nunca va a cambiar en mí. LO QUE PIENSE LA GENTE.
No me importa si me silban o me dicen algo por la calle. Ni para bien ni para mal. Es mi vida. Soy mi propio juez. A nadie le interesa.
Ahora estoy en un momento en el cual sólo me interesan las personas de mi alrededor, mis amigas…el pasarlo bien con ellas. Y nada más. Realmente es lo que me llena. Que ellas estén bien y estar bien con ellas.
En cuanto a mi vida…El pasado para mí ya no existe. Murió.
Mi futuro no me interesa.
Y mi presente, sencillamente está ahí.
Es como un juego de cartas, pero sin estrategia y sin movimientos pensados. Cuando me toca jugar tiro una carta al azar. Con las mismas probabilidades de ganar o de perder.
Y no me importa perder…
PORQUE YA NO TENGO NADA QUE PERDER.
Y ahora estoy bien porque no pienso en nada, porque cada día voy más a mi bola. Me lo paso bien. Y no pienso en nada. Y ya no voy conociendo a la gente y ganándome su confianza, ahora es al revés. Dejo que esas personas se ganen mi confianza. Yo no necesito nada.
Los tíos, han dejado de importarme. Sólo los necesito para un rato y follar. Y lo digo bien claro. Soy una tía y me gusta follar… ¿algún problema? ¿Algún problema por ser mujer? ¿Por mis gustos? ¿Por mi falta de tacto? Eso es lo que nunca va a cambiar en mí. LO QUE PIENSE LA GENTE.
No me importa si me silban o me dicen algo por la calle. Ni para bien ni para mal. Es mi vida. Soy mi propio juez. A nadie le interesa.
Ahora estoy en un momento en el cual sólo me interesan las personas de mi alrededor, mis amigas…el pasarlo bien con ellas. Y nada más. Realmente es lo que me llena. Que ellas estén bien y estar bien con ellas.
En cuanto a mi vida…El pasado para mí ya no existe. Murió.
Mi futuro no me interesa.
Y mi presente, sencillamente está ahí.
Es como un juego de cartas, pero sin estrategia y sin movimientos pensados. Cuando me toca jugar tiro una carta al azar. Con las mismas probabilidades de ganar o de perder.
Y no me importa perder…
PORQUE YA NO TENGO NADA QUE PERDER.
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