Otra noche larga…
Después de tanto tiempo desechando mis lágrimas, puedo observar en su reflejo mi tristeza, mi odio y el dolor que llevo por dentro.
Éstas significan que solo me queda, olvidar.
Olvidar los momentos, los sentimientos, y…
Y… que los recuerdos no ocupen más mi mente.
Sé que no debo mortificarme con esas sensaciones.
Pero, qué hago con todas esas caricias, todas esas miradas, esos momentos…
Esas sensaciones tan malas y horribles que quedan impregnadas en mi piel, y por más que froto, es que no salen…
Si con un portazo se fuera todo a la mierda…
Se aprende con los errores cometidos. O eso dicen…
Porque desde aquel día, he seguido cayendo y cayendo en picado…
Sin paracaídas. Sin nada que me frene…
… Y me estampé con el muro más grande…
Las palabras son duras, pero más las acciones.
Todas malas.
Y perdoné mil veces… y dos mil me fallaron…
Y cuando he tenido a mi adversario contra la pared y al final retiré mi espada, me dí la vuelta y me atacó por la espalda…
Si trato de esquivar, se ponen por delante…
Y es todo tan complicado…
Sé que este, no es mi último texto, habrá muchos más como él.
Pero de aquí en adelante, espero aprender un poco más.
Aunque mi odio, como siempre digo, está ahí…
“Me vengaré y todo mal que me hagas, yo te lo devolveré “
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