**OTRO MOMENTO DE REFLEXIÓN**

Vuelvo a recaer. Me pregunto qué droga o qué veneno tienes en la sangre, que me inyectas cada vez que nos vemos y me hace ser vulnerable hacia ti. Cada vez odio más a la persona o las personas que te hicieron cambiar, cada vez odio más el momento en el que cambiaste, cada vez me odio más por quererte. Cada vez te odio más y te quiero más a la vez sin poder remediarlo.
No se si tengo la necesidad de tenerte, si es un deseo, si lo quiero o tal vez sin darme cuenta lo elegí para mí. Sólo se que me hace daño. Cada vez que te veo, cada minuto y cada instante que te miro, que te toco y que te siento. Cada vez me hago más pequeña ante ti. Cómo evitarlo.
Tomo conciencia de que los deseos son traicioneros, que te llevan por el mal camino. Hablo de deseos como el mío. Se hace relevante pues, que mi deseo hacia ti, no es sólo carnal. Es algo más.
Quiero tenerte sin obligarte. Sin lastimarte. Quiero amarte como nunca lo he hecho. Ni lo haré. No me dejas amarte.
Me consumes.
Me quitas la vida, trocito a trocito.
Y me moriré sin haber cumplido mi deseo. Y no descansaré tranquila. Y este sentimiento perdurará eternamente.
Aún así, te esperaré. Y cuando vengas, te volveré a querer. Y te volveré a suplicar. Y volveré a perder.
Y sé que podría vivir mil vidas esperándote. Lo sé. Lo reconozco. Tal vez, no quiera cambiarlo.
Quizá te ame de tal manera que, queriéndote no me hago egoísta, y quiero que estés bien. Que vivas bien. Que te lo pases bien, aunque no sea conmigo. Que ames, aunque no sea a mí.
Tengo presente que el sentimiento de amor me esquiva, me desafía. Se ríe de mí. He luchado con más de un sentimiento. Siempre desenvainaré mi espada. Aun si pierdo.
Moriré luchando.
Moriré sintiendo.
Moriré amándote.
Te quiero.



____________________________***klara***