domingo, 12 de abril de 2009

En el silencio obligado...

Qué molesto es el silencio obligado de la noche.
Me rebajo a escuchar canciones antiguas de Amy Winehouse.
Sin embargo, en esos momentos, ayuda.
La mala música me sirve para olvidarme, por momentos de pensar.
Me gustaría olvidarme de que existo, como seguro que les gustaría a otras personas olvidarme, si es que alguna vez me tienen en sus mentes.
Lamento que vuestros caminos se cruzasen con el mío. Cosas del azar… o de la mala suerte.
No podemos cambiar las circunstancias de la vida. Ni volver al pasado.
Apuesto mi cuello a que querrías volver a él, y no conocerme. Y lo entiendo.
A mi también me pasaría.
No soy ni blanco ni negro, ni soso ni salado. Ni agua, ni aceite.
Alguna vez me llamaron Nefertiti. Qué acertado. Ni siento, ni padezco. Y tan siquiera se me nota.
Puedo ser tan filosófica, como poco habladora. O tan simpática como borde.
No me preocupa tampoco lo que pienses. Prueba en cada momento cómo soy, y quédate conmigo si en ese momento soy adecuada a tu situación. Pero no esperes que siempre sea de una forma, y tampoco que yo me adecue a cómo eres tú.
Porque aunque no sea ni frío ni calor, no me gusta aparentar…
Afrontar lo que soy, lo que la vida ha hecho de mí. No he tenido buena vida, ni me quejo, ni lo celebro.
Malos momentos, son lo que me han hecho tirar para adelante, queriéndolo o no.
Me muevo con el viento. Si mi peso fuese comparable al de una pluma, no dudo ni un momento que zarandeada por él, ahora estaría muy lejos, viviendo vete tu a saber qué…
No se qué será de mi mañana. No me importa, seguro que lo sabías.
Yo no recojo nada, porque nunca he querido sembrar nada, y me he ganado, o me he librado de ese esfuerzo.
Con lo cual, no tendré consecuencias, ni recompensas.
No soporto cargas. Si me pasan cosas malas, sólo pienso que es la vida otra vez. Y que ya pasará. Sea lo que sea.
Para qué perderme en un atardecer, si va a volver a amanecer…
Doy gracias de haber perdido mi corazón allí en el pasado, si no, no podría escribir estas letras, que a mí solamente, me gustan.
Letras que no lee nadie. Y que aunque se lean, no se llegan a comprender.
Como tampoco se me comprende a mí. Nunca.
Hay personas que se preguntan por qué no hablo más. Y para qué. Siempre que abrí la boca, no me sirvió de nada. Aprendí rápido a callarme.
Sólo hablo por estos textos, porque escribir es de las pocas cosas, que puedo decir, de verdad, que me gustan.
Y por amor al arte. Aunque sea un arte particular.
Aunque no sirva para nada, seguiré escribiendo. Si eso me liberaliza. Estas palabras son mis lágrimas escondidas. Esas que nunca gasto.
Aquí dejo otro texto más, para olvidarlo, u olvidarme…





______________________________***klara***

No hay comentarios: